Cómo corregir las carencias de vitamina D.

La vitamina D es una vitamina autosintetizada en el organismo a través de la exposición de la piel a la luz del sol, pudiendo también obtenerse en menor proporción de la ingesta de algunos alimentos. A partir de la luz UV (B) que entra en contacto con la piel, y después de contactar con 7-dehidrocolesterol, se produce pre-vitamina D. Posteriormente, esta forma se convierte en vitamina D3 (colecalciferol).

Existen diferentes situaciones que se dan en el día a día de las personas que pueden reducir la cantidad total almacenada en el organismo de esta vitamina, entre ellas; una deficiente exposición solar (especialmente en épocas invernales o situaciones especiales como la actual por confinamiento), el uso de cremas protectoras para evitar lesiones ocasionadas la exposición solar, la utilización de pantallas de protección, etc., por lo que es necesario analizar nuestra alimentación y estilo de vida para reparar la posible necesidad de esta importante vitamina.

Se trata de una vitamina LIPOSOLUBLE, es decir que, se absorbe mejor en presencia de GRASAS. Esta es necesaria para absorber algunos MICRONUTRIENTES a nivel intestinal, tales como el CALCIO y el fósforo, imprescindibles para la formación de huesos y dientes. Favorece el paso del Calcio de la sangre al tejido óseo, impide su pérdida en orina y la posible destrucción del hueso para normalizar los niveles en sangre. El músculo y el sistema nervioso dependen del Calcio para su funcionamiento, por lo que la vitamina D también está implicada en la actividad muscular, la salud cardiovascular y en la transmisión del impulso nervioso. Juega un importante papel en la respuesta inmune, es activadora de los linfocitos T y modula una correcta respuesta inflamatoria.

¿Cómo ha afectado el estado de alarma a los niveles de vitamina de la población española?

Se puede pensar que en España este déficit es poco común ya que tenemos un clima favorable en este sentido, pero no es así, diversos estudios previos al confinamiento indican que la insuficiencia de vitamina D en la población española es frecuente. Esto es debido en gran medida al cambio en nuestras rutinas cotidianas, el entorno laboral, el sedentarismo. Tras el confinamiento diversos estudios han estimado que se han podido producir una bajada de los niveles de vitamina D.

Según diversas fuentes, existe una media de 50% de déficit de vitamina D entre individuos de 18 a 60 años, y hasta un 87% de déficit en individuos de más de 60 años. Otro dato curioso sería que el exceso de grasa corporal no permite la penetración de los rayos solares provocando así el déficit.

¿Cuáles son las principales fuentes de vitamina D?

Alrededor del 85% de los niveles de vitamina D provienen de la luz solar. la exposición solar a través de los rayos UV (ultravioletas) de tipo B. Una exposición de entre 15-20 minutos diarios en manos y cara principalmente es suficiente para aumentar la síntesis de esta vitamina y obtener unos niveles adecuados. Entorno al 15% proviene de la ingesta alimentaria, aunque pocos alimentos de una dieta que consideramos “normal” contienen cantidades significativas de vitamina D.

Alimentos ricos en vitamina D:

  • Huevo
  • Lácteos (Leche enriquecida, quesos…).
  • Pescados azules (salmón, caballa, sardina en lata).
  • Aguacate
  • Champiñones

¿Cuáles son las ingestas recomendadas de vitamina d?

Las ingestas de vitamina D recomendadas varían según grupos de edad y/o patología. Estos niveles se miden en unidades internacionales (UI).

La European Food Safety Authority aconseja un consumo de alrededor de 15 microgramos, o de 600 UI al día para niños y adultos sanos, mientras que la cifra se reduce a 10 microgramos o 400 UI en bebés de entre 7 y 11 meses.

Los niveles de vitamina d se controlan mediante mediciones de sangre de 25-hidroxivitamina D en una analítica de sangre.

¿Cuándo es conveniente tomar suplementos de esta vitamina?

Las recomendaciones de ingestas no suelen alcanzarse en la población general debido a que los alimentos que tienen mayor concentración de esta vitamina se consumen con poca frecuencia, lo cual cede el protagonismo a la exposición solar que está condicionada por la climatología de la zona geográfica y las conductas y hábitos de cada individuo. por lo cual una opción para compensar el déficit de esta vitamina es con la toma de suplementos, pero estos no deben tomarse en ningún caso sin recomendación médica y sin haber realizado una analítica que muestre los niveles de cada persona. Habitualmente son los ancianos frágiles o los pacientes con osteoporosis los grupos de población en situación de déficit que pueden requerir un tratamiento farmacológico.

Una vez detectado el déficit, su médico determinará si precisa suplementos y el tipo (colecalciferol y calcifediol), la dosis y la duración del tratamiento.

Una vez detectado este déficit es importante su control ya que un exceso en la ingesta de esta vitamina mantenida en el tiempo, puede provocar alteraciones renales severas. 

JORGE PALOMARES LORENZO

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