Teniendo en cuenta el mundo en el que vivimos, cada vez más cambiante y rodeados de productos procesados y contaminación, es imprescindible cuidar nuestra salud y la de los más pequeños de la casa. Cuidar de los más pequeños también consiste en educarles y enseñarles a cuidarse ellos mismos.

La educación en salud es clave para evitar posibles enfermedades tanto en la infancia como a futuro. Para convertirlos en adultos sanos hay que hacerlos conscientes de la importancia de tener hábitos saludables desde pequeños. A continuación, os contamos algunos de los puntos clave en los que educar a los niños para mejorar su bienestar

1. ¿Qué es la salud?

En primer lugar, a los niños hay que explicarles en que consiste la salud y por qué es tan importante cuidarla, evitando de esta manera problemas futuros. De este modo, tendrán la motivación para llevar a cabo todos esos hábitos saludables.

La salud no es únicamente la ausencia de enfermedades o dolencias, sino que consiste en un estado de completo bienestar que engloba el aspecto físico, mental y social, por lo que hay que prestar atención a todas esas patas que la componen.

2. Llevar una buena alimentación

Una alimentación correcta y equilibrada es la mejor manera de mantener nuestra salud, de tener una buena capacidad de trabajo, de combatir enfermedades y de conseguir que nuestro organismo se desarrolle con normalidad.

Los hábitos alimenticios son educables. Una correcta alimentación significa ingerir alimentos de todos los grupos (proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas, minerales). Un ejemplo de dieta saludable es la dieta mediterránea, recomendada a nivel mundial como cardiosaludable. Por ello es conveniente educar a nuestros hijos en el hábito de comer más verdura, fruta, pescados y legumbres, y limitar las grasas saturadas, los azucares o la sal.

Una técnica efectiva consiste en crear asociaciones positivas con los alimentos, que relacionen las frutas y verduras con momentos de celebración y premios.

Además de la comida, mantenerse hidratado con agua es clave, evitando lo máximo posible las bebidas azucaradas. La cantidad de agua recomendada para los niños varía según la edad, siendo el mínimo entre 4 vasos de agua/leche al día en los más pequeños y 8 para los más grandes.

Recuerda que hay que ser flexible y dejarles cierta libertad para que tengan una buena relación con la comida. Una vez les has enseñado en qué consiste la alimentación saludable, que ellos prueben y también elijan.

3. Llevar una vida activa

Es sabido que el sedentarismo no trae nada bueno a la salud, tanto en adultos como en niños. Por ello, además de fomentar acciones saludables de la vida cotidiana como subir escaleras, andar para hacer desplazamientos cortos, etc, inculca a tus hijos en prácticas deportivas. No les obligues a realizar deportes que no les gusta sino animarlos a que prueben diferentes y descubran cual disfrutan más.

Realizar actividades en familia o incluso transmitir la pasión por el deporte habitual de los adultos que le rodean, mejorará la relación con los más pequeños además de mantener a toda la familia activa.

Los deportes de grupo también son actividades donde los pequeños pueden desarrollar sus habilidades sociales, conocer a otros niños y aprender a relacionarse con el mundo.

4. Mantener una buena higiene

Consideramos higiene, como un conjunto de cuidados que necesita nuestro cuerpo para mantenerse en un estado saludable, abarcando aspectos de bienestar general como: horas de sueño, horas de televisión o consolas, tiempo de ocio, orden y aspectos de aseo personal.

La higiene bucal es clave, la importancia de la caries dental como una de las enfermedades más frecuentes, tanto en la población general pero especialmente en los niños, produciendo dolor y la aparición de otras enfermedades. La higiene bucal está directamente relacionada con la alimentación, seguir los consejos descritos en el apartado anteriormente mencionado puede evitar muchos problemas bucales. Además, es imprescindible que adquieran los hábitos precisos de higiene general y bucodental como cepillado de dientes al menos dos veces al día.

5. Hablar sobre las emociones

Relacionado con la salud mental, es clave invitarles a expresar sus emociones y ayudarles a ponerles nombre. Promueve el diálogo y crea un lugar seguro en el que compartan lo que les ocurre y como les afecta sin ser juzgados y prestándoles plena atención.

Sus opiniones y sentimientos son muy importantes, no los invalides y comparte con ellos también los tuyos, que sean niños no significa que no entiendan lo que sucede a su alrededor.

6. Prevención: revisiones y visitas médicas

Llevarlos al médico, hacerles análisis de sangre o revisarles la vista, entre muchas otras cosas, forman parte de cuidar su salud y no acudir al médico únicamente cuando se encuentran enfermos.

La prevención de enfermedades con revisiones periódicas también entra dentro de los hábitos saludables, por lo que hazles entender que los profesionales de la salud son importantes no solo en la enfermedad, sino que ellos también cuidan de nosotros a largo plazo. De esta manera no asociarán el médico a momentos malos y evitaremos que tengan una asociación negativa o miedo cada vez que tengan que ir al hospital. Normalízalo y que lo asocien positivamente.

En definitiva, es clave que ellos interioricen estos hábitos y sean parte de su estilo de vida. Recuerda que como mejor lo comprenderán será a través del ejemplo y colaboración de los adultos que les rodean. De esta manera sabrán que la salud no es cuestión de edad, sino que, para todos, la salud es muy importante y hay que mimarla igual que hacemos con nuestros seres queridos.

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